Oasis Lanz Beach Hotel
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- 2019
El proyecto engloba varias actuaciones en un complejo hotelero situado en la zona central-este de la isla de Lanzarote.
Sobre una parcela de 19.162 m2 de forma rectangular, se asienta un conjunto de pequeñas construcciones blancas, que se agrupan generando dos espacios centrales en su interior en los que se desarrollan los ambientes de interrelación al aire libre, como son las piscinas y los jardines. De este modo, se imita una disposición de pequeño pueblo, con “casitas” alrededor de una plaza.
Para fortalecer la unidad de todo el complejo, se ha intentado potenciar la propia base constructiva, limpiando los ornamentos y elementos decorativos que generaban una imagen desorganizada y confusa. Se ha apostado por el color blanco existente como base, y el azul para todas las carpinterías y cerramientos exteriores, así como el uso del vidrio, el basalto y el bambú, generando un conjunto muy armónico con el entorno, elegante y cautivador.
Se repite un recurso a lo largo de todo el complejo, el uso de una celosía generada con diversos materiales, que se representa en el interior de las habitaciones en el cabecero de madera, y en la puerta de vidrio de acceso al baño, así como en el exterior del complejo, en metálico de color azul, como cerramiento de zona de instalaciones y para generar las dos grandes pérgolas de entrada del edificio principal de recepción, tanto hacia el exterior del complejo como hacia el interior.
Las pequeñas edificaciones, de dos y tres alturas, albergan las unidades de alojamiento, con diversas tipologías, habitaciones dobles con salón, estudios, y apartamentos con cocina. Se han reformado todas las unidades, siguiendo unos mismos criterios independientemente de la tipología. Se usa una paleta de colores suaves, blanco, beige, gris, madera, potenciados con toques de color azul, tanto en las carpinterías como en los elementos cerámicos del baño y la terraza.
También existen unas edificaciones más singulares volumétricamente que albergan los equipamientos y servicios del establecimiento.
En la zona central noroeste, se encuentra un edificio en planta baja, que se ha reformado en su totalidad y que alberga la recepción del hotel, una sala de ventas, el gimnasio y una zona de servicios con la lavandería, la lencería, los almacenes de mantenimiento y los espacios dedicados al personal del hotel. En este edificio, también se apuesta por una base neutra, sobre la que se desarrolla un gran mueble de lamas de madera, que recoge y abraza diferentes usos como el mostrador de recepción, el backoffice, los aseos, despachos y zonas de estancia. Las pinceladas de color azul se representan en el interior en los frisos cerámicos, y al exterior en las dos grandes pérgolas de acceso, una hacia fuera y otra hacia dentro del complejo.
En la zona sureste, mirando a una de las piscinas, se encuentra el restaurante buffet, que se ha reformado y se ha ampliado una terraza cerrada. Siguiendo la misma línea de diseño, basada en crear un lienzo suave sobre el que potenciar notas de color, en este caso, se ha introducido la vegetación en el interior, generando cerramientos verticales vegetales, que distribuyen los diversos espacios.
En la otra plaza, abierto a la otra piscina, se ha construido una nueva edificación de piedra basáltica, con uso bar piscina, caracterizado por unas grandes pérgolas de bambú a diversas alturas, que generan espacios al aire libre protegidos del sol.