Sr. Neuhauser, el Consejo Federal se ha propuesto conseguir una Suiza climáticamente neutra de aquí a 2050. La Unión Europea también ha obligado a sus estados miembros a ser climáticamente neutros en 2050. Por eso, en muchos sitios se han aprobado leyes más estrictas. ¿Nota presión por lo que respecta a adaptar la gama de productos y cambiar de los procesos de producción?
Las prescripciones legales en Suiza y en la UE son bastante laxas y no nos resultan motivadoras. Notros vamos entre tres y cinco años por delante de esas normativas. Fabricar productos respetuosos con el medioambiente sin alterar el clima y, sobre todo, de forma socialmente sostenible, es para nosotros, como empresa familiar, un valor fundamental firmemente anclado en nuestro ADN empresarial. No cabe duda que queremos tener éxito económico, pero para nosotros es especialmente importante aportar algo bueno a la sociedad. Por eso hemos integrado nuestra visión de la sostenibilidad en los objetivos estratégicos de la empresa y estamos asociados con myclimate, una fundación dedicada a la protección del medioambiente, desde el año 2006, es decir, desde hace más de veinte años. Juntos hemos conseguido que nuestros estores se reparen y se reciclen al final de su ciclo de vida útil. Además, ponemos en práctica muchos proyectos y medidas diferentes para mejorar constantemente nuestro balance medioambiental. Por ejemplo, hace algún tiempo reequipamos la domótica del edificio de la administración de nuestra matriz en Aadorf, construido hace más de treinta años. Como resultado, en verano ya no refrigeramos las estancias con una instalación climatizadora, sino con agua del arroyo que fluye por el recinto de nuestra empresa. Este cambio fue un auténtico logro pionero en su momento.
¿Le gustaría que se promulgasen leyes más estrictas para la protección el clima?
La sostenibilidad no es algo que se dé por sí solo. Los legisladores deben conseguir que el sector de la construcción sea más responsable. Por eso me he comprometido con CEO4Climate, una red integrada por empresarias y empresarios suizos conscientes de la problemática en torno al clima, surgida por iniciativa de la asociación empresarial sostenible swisscleantech. Hemos presentado mociones en el Consejo Nacional para mostrar que el sector económico apoya la aplicación de leyes más estrictas para la protección del clima. Además, también participamos activamente en organizaciones europeas y trabajamos en equipo con entidades de toda Europa que comparten nuestros puntos de vista.
Eso es estupendo, pero, lamentablemente, los cambios legislativos suelen llevar mucho tiempo. No obstante, usted puede avanzar más rápido en su propia empresa. ¿Cuál es su estrategia por lo que respecta a la protección del clima?
Hace cinco años decidimos centrarnos aún más en la sostenibilidad ecológica. En un primer paso equipamos nuestra flota de 400 vehículos con automóviles eléctricos, en ese ámbito vamos por muy buen camino. Además, por lo que respecta a nuestros productos, somos el primer fabricante que ofrece tejidos de toldos elaborados con plástico PET reciclado. Estos esfuerzos, entre otros, nos han reportado en 2022 la obtención del Family Business Award, el premio que el Neue Zürcher Zeitung y la empresa automovilística AMAG otorgan a empresas familiares ejemplares.
Nuestro objetivo más ambicioso para el futuro consiste en desarrollar sedes de producción que sean totalmente neutras respecto al clima. Eso supone un gran reto porque la elaboración de nuestros productos requiere mucha energía de procesos. Por ejemplo, para aplicar los revestimientos hay que alcanzar temperaturas de más de 200 grados Celsius. Todavía nos queda un largo camino por recorrer, pero con nuestra nueva instalación de producción de Nenzing en Vorarlberg hemos conseguido dar un paso decisivo en esa dirección.
¿Qué es lo que tiene de especial esa nueva fábrica?
Con esta instalación demostramos que nuestra visión de una producción climáticamente neutra es factible: las células solares instaladas en el tejado y en la fachada del edificio, combinadas con las bombas de calor y un elaborado aprovechamiento de las aguas residuales, producen suficiente energía como para cubrir todas las necesidades de la fábrica en verano. Entonces trabajamos de forma climáticamente neutra y disfrutamos de autarquía energética. Esto es un enorme logro ingenieril. Ahora bien, los meses de invierno plantean un reto porque en la estación oscura del año aún seguimos dependiendo del aporte de energía verde, aunque una parte fundamental del suministro todavía procede de la instalación fotovoltaica local. En esos meses utilizamos gas natural obtenido a partir de biomasa.
La instalación de Nenzing está construida en madera. Esto es todavía una rareza en el ámbito de la edificación industrial, existen pocos proyectos comparables. ¿Qué experiencias ha tenido con este material de construcción natural?
En la construcción industrial la madera también influye muy positivamente en el clima de las estancias. Refuerza la salud y aumenta la satisfacción de nuestros empleados y empleadas. Además, también aporta la ventaja de unos plazos de construcción cortos: la instalación se compone de elementos prefabricados de madera y solo se tardó un año en construirla. Es un proceso muy rápido para un edificio industrial de ese tamaño y complejidad. Sin duda, la elección de los socios de proyecto también ha contribuido a ello, casi todos proceden de la región. Un tercer punto positivo ha sido la posibilidad de montar directamente las máquinas y los equipos en las vigas del techo.
Por otro lado, hay que decir que probablemente no habríamos podido llevar a cabo este proyecto sin la colaboración de las instancias administrativas de Vorarlberg, que se muestran muy favorables a la construcción en madera. Lamentablemente, habría sido difícil hacer realidad esta fábrica en otro lugar de Europa. Desde un punto de vista constructivo, los amplios vanos y las elevadas cargas también han exigido lo suyo a los ingenieros.
Aparte del proceso de producción con su alto consumo de energía, el aluminio, un material clave, es la palanca más importante para mejorar la huella ecológica de Griesser.
Las emisiones promedio globales de CO2 por cada kilogramo de aluminio producido suman 16,7 kilos. Nosotros hemos conseguido reducir ese valor a 3,3 kilogramos. Eso supone una disminución de la huella de CO2 de factor 5.
¿Cómo lo han conseguido?
Como es bien sabido, la fabricación de este metal ligero requiere muchísima energía. Así que hemos decidido centrarnos ahí: nuestro aluminio se elabora en Escandinavia con energía verde hidroeléctrica. Además, mejoramos adicionalmente el balance medioambiental con el empleo de un alto porcentaje de material reciclado: en la producción de nuestro Green Aluminium se utiliza material residual resultante del proceso de fabricación y aluminio fundido procedente de la recogida de material. Lamentablemente, la demanda de Green Aluminium por parte de la industria todavía es escasa y solo hay dos fabricantes en Europa. Es una pena porque, desde un punto de vista ecológico, el aluminio producido de forma responsable y respetuosa con el medioambiente es un buen material de construcción para el envolvente de edificación: puede resistir la acción de la intemperie por lo menos durante 50 años.
La fabricación de Green Aluminium todavía resulta algo más cara. Pero no dejamos que estos sobrecostes recaigan en nuestros clientes. Podemos compensarlos mediante el aumento de la eficiencia, por ejemplo, produciendo menos desechos gracias al empleo de máquinas y procesos nuevos y minimizando el grosor del material de nuestros productos sin que eso vaya en detrimento de la calidad.
Los arquitectos y arquitectas quieren que los fabricantes recojan sus productos al final de su vida útil y los reciclen por amor al medioambiente o, mejor aún, que los reparen.
Todos nuestros productos se pueden reparar. Los motores y las piezas de plástico se pueden cambiar sin el menor problema. Además, desde hace unos veinte años ofrecemos una recogida climáticamente neutra de nuestros productos que, no obstante, todavía se basa en la compensación climática. Recogemos y separamos nosotros mismos los materiales y trabajamos en equipo con empresas socias en pro del reciclaje del aluminio conforme al principio cradle to cradle, es decir, el retorno completo del material al ciclo de producción.
En este momento estamos reelaborando nuestro plan de reparación que queremos mejorar aún más. Por ejemplo, debido a la larga durabilidad de nuestros productos, cabría pensar en volverlos a instalar como piezas usadas después de un proceso de renovación.
Algunas mejoras en el ámbito de la sostenibilidad ecológica son fruto de la iniciativa de sus empleados y empleadas y de sus aprendices y aprendizas.
Todos los años se celebra en nuestra empresa una Sustainability Week, organizada por nuestra Sustainability Community, y nuestros aprendices desarrollan en el taller del clima de myclimate ideas y proyectos para conseguir que Griesser sea climáticamente neutra. Algunas de sus propuestas se han hecho realidad, por ejemplo, para utilizar el agua y los productos alimenticios de forma respetuosa con los recursos. En otros casos todavía estamos trabajando en la puesta en práctica, por ejemplo, en el futuro queremos hacer más por la biodiversidad en el recinto de nuestra empresa en Aadorf. Por otro lado, la plantilla de nuestra fábrica francesa ha elaborado un proyecto para reparar componentes de automatismos que ya hemos puesto en práctica.
Al comienzo ha dicho que la sostenibilidad social tiene una importancia muy especial para usted. Lamentablemente, en demasiadas ocasiones este tipo de declaraciones enfáticas son solo una estrategia de marketing. ¿Cómo vive usted el trato respetuoso y apreciativo hacia sus empleados y empleadas? Y ¿cómo funciona en Griesser la inclusión y la igualdad de oportunidades?
Nosotros apostamos por una buena comunicación de tú a tú. Como CEO, estoy disponible regularmente para el diálogo y siempre dispuesto a escuchar de forma receptiva las preocupaciones y problemas de los empleados y empleadas. Si están pasando por una crisis vital personal, reciben el apoyo de nuestra Fundación Griesser. Además, somos una empresa-escuela con 40 aprendices y aprendizas en Suiza y con la Griesser Academy hemos creado una gran oferta propia de formación especializada para nuestra gente.
La inclusión y la igualdad de oportunidades son muy importantes para nosotros. Estamos operativos en toda Europa occidental y solo en nuestra sede central de Aadorf trabajan en equipo personas procedentes de 30 países. Desgraciadamente, como empresa industrial del sector tecnológico, no podemos presumir de un elevado porcentaje de presencia femenina. Pero detecto una tendencia muy positiva entre nuestros aprendices y aprendizas y empleados y empleadas jóvenes: cada vez son más las mujeres jóvenes interesadas en formarse con nosotros y damos empleo a un número creciente de montadoras y vendedoras. Incluso en el ámbito de la producción el porcentaje de mujeres crece a ojos vistas.